Banco de México parece listo para recortar su tasa de interés desde el máximo histórico de 11.25% a partir de marzo, pero algunos analistas consideran que debe esperar más tiempo por los riesgos que plantea la inflación y la cautela de la Fed. Foto Axis Negocios/Gabriel Arrache
Banco de México parece listo para recortar su tasa de interés desde el máximo histórico de 11.25% a partir de marzo, pero algunos analistas consideran que debe esperar más tiempo por los riesgos que plantea la inflación y la cautela de la Fed. Foto Axis Negocios/Gabriel Arrache

19 de feb. (Axis negocios) -- La Junta de Gobierno de Banco de México parece estar preparando a los mercados y agentes financieros para lo que podría ser el inicio de una flexibilización monetaria. Cada cuando la expectativa ha cambiado con el paso de los meses desde que la tasa de interés se encuentra en un máximo histórico y, si bien es cierto que convencidos a finales de 2023, los participantes de los mercados parecían muy seguros de que esto podría ocurrir en los primeros meses de 2024, las opiniones no son del todo unánimes.

     En el comunicado de febrero --el primero del año--, cuando mantuvo la tasa objetivo en 11.25% por séptima reunión consecutiva y por el voto en común de sus cinco integrantes, la Junta se mostró conforme con los avances conseguidos hasta ahora para reducir la inflación en el país, por lo que abrió la puerta a discutir potenciales recortes en sus próximos encuentros.

     “En las siguientes reuniones [la Junta] evaluará, en función de la información disponible, la posibilidad de ajustar la tasa de referencia”, dijo la autoridad monetaria, en el comunicado. “Tomará en cuenta el progreso en el panorama inflacionario y los retos que aún prevalecen”.

     Además, los banqueros eliminaron una frase que mantenían desde noviembre e indicaba que la tasa objetivo se quedaría en su nivel actual “por cierto tiempo”.

     Si bien el consenso de analistas cree que el mensaje transmitido por la Junta indica que el ciclo de ajustes está próximo a iniciar, con una primera reducción de 25 puntos base en marzo, no todos consideran que el momento para recortar sea el mejor, especialmente por los desafíos que persisten en el horizonte inflacionario.

     Aquí algunos argumentos que han dado los especialistas por los que el Instituto Central podría estar (o no) adelantándose al relajar su postura tan pronto como el siguiente mes.

 

A favor del recorte

 

Tasa real en territorio restrictivo

Una de las principales razones que ha dado la Junta para empezar a recortar pronto es que la tasa real ex-ante, entendida como la diferencia entre la tasa objetivo y la media de las expectativas de inflación a 12 meses, podría apretarse más de lo necesario sin un ajuste en la postura monetaria.

     Uno de los banqueros advirtió que el interés real debe mantenerse en un intervalo entre 7 y 7.5%, pues es el nivel idóneo para garantizar la convergencia de la inflación hacia la meta de 3% del banco y, al mismo tiempo, evitar que se produzcan efectos indeseados sobre la economía.

     “Ante el riesgo de una postura excesivamente restrictiva, que pudiera afectar a la actividad económica o la estabilidad financiera, señaló que debe evaluarse algún ajuste fino en la tasa de referencia al final del primer trimestre o en el segundo de 2024”, dijo el funcionario, quien posiblemente sea el subgobernador Jonathan Heath --pues antes ya se había referido a ese ‘ajuste fino’ en las tasas--, de acuerdo con la minuta de la reunión de diciembre.

     Si bien la tasa de referencia se ha mantenido estable desde marzo de 2023, la tasa real había subido 671 puntos base desde noviembre de 2021 hasta finales del año pasado, “un ciclo alcista nunca visto” desde que se adoptó el régimen de objetivos en 2001, dijo el banquero. Además, las previsiones de inflación a un año han venido reduciéndose y el mes pasado ya se ubicaban en 3.78%, de acuerdo con la más reciente encuesta de expectativas del banco, lo que se traduce en una política más restrictiva en términos reales.

     Los expertos advierten que el interés ex-ante está arriba de 7% al menos desde noviembre. De acuerdo con cálculos propios, hoy ya subió a cerca de 7.2%, con base en las expectativas de inflación de la encuesta de enero.

 

Volatilidad en segundo semestre

Los economistas también creen que el banco central debe aprovechar un escenario económico y financiero estable durante la primera mitad del año, pues en el segundo semestre, las elecciones en Estados Unidos podrían generar volatilidad en variables como el tipo de cambio o el desempeño de los índices bursátiles, lo que haría más difícil bajar la tasa.

     “Nos parece que si no se hacen los recortes pronto, en marzo o en el segundo trimestre del año, está el riesgo de que, por la volatilidad de la elección no tanto en México sino en Estados Unidos. . . quizá se vaya la ventana de oportunidad de empezar a ajustar la tasa”, dijo Ernesto Revilla, economista en jefe para Latinoamérica de Citigroup, durante un seminario en el Instituto Tecnológico Autónomo de México a mediados de enero. “Eso tendría implicaciones para el crecimiento de 2025 y 2026”.

     Si bien las condiciones podrían ser más adversas hacia finales de año, en función de cómo evolucione el escenario político, los analistas también creen que la economía mexicana y la estadounidense finalmente se desacelerarán por el efecto rezagado de los aumentos de tasas. Ello se vería con más claridad en el segundo semestre y ayudaría a respaldar el ajuste monetario, incluso con recortes más contundentes, siempre y cuando se cumpla el pronóstico de un crecimiento económico más débil.

     “Como creemos que México se va a desacelerar en la segunda mitad del año, Banxico va a encontrar espacio para recortar de una forma un poco más agresiva, porque la tasa es muy alta”, dijo Carlos Capistrán, economista de Bank of America Securities, o Bofa, en conferencia esta semana. “En algún momento va a empezar a recortar incluso con 50 puntos base y de forma seguida, así que para todo el año creemos que puede recortar 200 puntos”.

 

En contra

 

Inflación persistente

El índice de precios al consumidor se aceleró por tercer mes consecutivo en enero a una tasa interanual de 4.88%, su mayor nivel en los últimos siete meses después de moderarse durante casi todo 2023. Ello indica que la tarea de los banqueros centrales para controlar la inflación aún está lejos de concluir.

     Es cierto que el repunte del mes estuvo impulsado principalmente por los productos con precios volátiles, mientras que el índice subyacente, que ofrece una perspectiva más estable sobre la evolución de la inflación, subió 4.76% año a año para su lectura más modesta desde julio de 2021. Pero incluso con este descenso, el índice se mantuvo lejos de la meta del banco y creció por encima de los pronósticos.

     Tanto los analistas como el Instituto Central han advertido que la persistencia del componente subyacente es uno de los mayores riesgos para que la inflación converja hacia la meta, sobre todo por el lado de los servicios.

     El consenso espera que la inflación desacelere a 4.08% este año, frente a 4.66% al cierre de 2023, pero algunos economistas, como los de Bank of America y Citigroup, consideran que la desaceleración será mucho menos pronunciada o incluso nula.

     ¿Y por qué las mesas de análisis ven recortes si los precios aún no están controlados? Porque el banco central, al menos en la práctica pero no en la retórica, persigue un objetivo de inflación más cerca de 4%, pues si se apegara al 3% tendría que dejar la tasa en el nivel actual por lo que resta del año, de acuerdo con los economistas.

     “En nuestra estimación, la inflación no se ubicará dentro la banda de Banco de México [que va de 2 a 4%] hasta la segunda mitad de 2025”, dijo Revilla de Citigroup. “La verdad incómoda es que 2024 va a ser el quinto año en que no llegamos a la meta de inflación, y si vemos el promedio desde 2001, este es de 4.2% para la general y de 4.6% para la subyacente”.

     Por ahora ningún analista comparte la visión del Instituto Central de que la inflación convergerá hacia la meta puntual de 3% a mediados del próximo año. El riesgo entonces es que la postura monetaria se relaje antes de tiempo, sin que el proceso desinflacionario en el país esté consolidado.

     “Si bien el banco central ha introducido la discusión de un recorte en los siguientes meses, la opción de una baja durante la reunión de marzo aún no es clara”, escribió Luis Adrián Múñiz, especialista de Vector Análisis. “No se puede descartar la posibilidad de que ocurra más tarde en el año, dependiendo del comportamiento que se observe en la inflación y sus expectativas de más plazo”.

     A ello se suman factores como la solidez del consumo y los aumentos salariales, que podrían generar una mayor demanda y, por ende, más inflación.

 

Fed cautelosa

En Estados Unidos, la Reserva Federal no parece tener prisa por bajar sus tasas desde el rango actual de 5.25 a 5.5%. La evolución de los precios en ese país y el mensaje de cautela de Jerome Powell, el presidente de la Fed, prácticamente han disipado cualquier posibilidad de ver recortes en marzo, y algunos creen que se retrasarán hasta junio.

     Además es probable que los intereses de la Fed no bajen al mismo ritmo que los locales, pues los expertos vislumbran apenas tres recortes por un total de 75 puntos base en el año.

     Incluso aunque el diferencial de tasas entre ambos bancos centrales hoy en día es de 600 puntos, el regulador mexicano no tiene tanto margen para desacoplarse de su homólogo estadounidense, pues ello conduciría, entre otras cosas, a una depreciación excesiva del peso.

     Capistrán, de Bank of America, considera que la falta de claridad de la Fed sobre cuándo relajará su política y la persistencia de la inflación local son motivos suficientes para que Banco de México se mantenga en pausa hasta junio, al menos en un escenario idóneo.

     “Creo que las condiciones ideales para cortar [aquí] todavía no están dadas”, dijo el economista. “La inflación local todavía está alta, los salarios crecen 10%, la inflación en Estados Unidos sigue sorprendiendo al alza y no está claro cuándo va a recortar la Fed. . . Pero son dos cosas diferentes, el deber ser y el hacer”.

     La Fed no ha movido sus tasas desde hace siete meses y anunciará su próxima decisión el 20 de marzo, un día antes de Banco de México. Las minutas de las últimas reuniones de ambos bancos centrales se darán a conocer esta semana, y podrían arrojar más pistas sobre la relajación monetaria que esperan los mercados.

 

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* Lissette Esquila contribuyó a la elaboración de esta historia.

 

 


Fecha de publicación: 19/02/2024

Etiquetas: Banxico tasa interés recorte inflación Fed economía