Tres de cada 10 empresas tuvo que renegociar o aplazar pagos por la pandemia de covid-19 en México. Foto archivo
Tres de cada 10 empresas tuvo que renegociar o aplazar pagos por la pandemia de covid-19 en México. Foto archivo

29 de ago. (Axis negocios) -- Durante 2021, las empresas en México tuvieron que tomar acciones para sobrevivir tanto a la crisis sanitaria como económica ante la pandemia de covid-19, lo que llevó a tres de cada 10 a renegociar los financiamientos que tenían o aplazar pagos a proveedores, entre otras modificaciones en su operación obligadas por la emergencia sanitaria.

     De acuerdo con la tercera Encuesta Nacional de Financiamiento de Empresas o Enafin 2021, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), entre las empresas consultadas que realizaron alguna de esas acciones, 60.7% dijo que se vio forzada a no pagar a proveedores por la falta de ingresos y 44.8% tuvo que pagar cargos moratorios, mientras que 16.8% suspendió créditos.

     A su vez, 11.8% canceló servicios para pagos electrónicos, 11% negoció el pago de créditos, 10% canceló servicios financieros, 9.9% buscó un nuevo proveedor de servicios financieros y 5.7% canceló arrendamientos de capital de trabajo, como parte de las acciones que tuvo que adoptar la iniciativa privada para enfrentar los efectos adversos que dejó la pandemia en sus negocios.

     “La sorpresiva aparición del virus Sars-CoV-2 en China a finales de 2019 y su rápida expansión alrededor del mundo en los primeros meses de 2020 han sido los detonantes de uno de los choques económicos más rápidos y severos de las últimas décadas”, dijo CNBV en un comunicado. “Como ninguna crisis anterior, la pandemia de la covid-19 ha impactado la operación de las empresas a nivel mundial”.

     Claro que el impacto operativo nace desde la necesidad de generar ingresos ante un freno económico sin precedente en décadas, con 23% de las empresas sufriendo cierre de sucursales y 13% experimentando un alza en costos y comisiones de sus productos financieros.

     Esa creciente dificultad de las compañías para generar liquidez trajo consigo la necesidad de diversificar los canales para atraer clientes o bien para hacerles saber la existencia de sus servicios. En concreto, de acuerdo con Enafin, 68.4% de las empresas lo hicieron.

     El cierre del canal tradicional de venta como parte de las políticas públicas para evitar el esparcimiento de la covid-19, de las empresas que realizaron acciones 53.5% usó redes sociales para comercializar o promocionarse, 40.6% aplicó descuentos o dio facilidades de pagos y 40.2% trabajó en modalidad a distancia.

     A contracorriente del crecimiento de servicios digitales, entre ellos los financieros --tras un periodo de cierre de sucursales bancarias--, en los primeros dos años de la pandemia muchas empresas cancelaron servicios electrónicos y financieros, lo que se vio reflejado en el uso del efectivo como principal medio de pago y cobro, incluso más que en años anteriores, de acuerdo con los hallazgos de la encuesta.

     Del mismo modo, pese al incremento exponencial en la oferta de esquemas de pago digitales tras la irrupción de la covid-19, 70% de las empresas encuestadas siguió optando por el efectivo como principal medio de pago, un porcentaje más alto que el 65% registrado en la Enafin 2018, 79% lo utilizó como su forma preferida de cobro.

     Aun así, con el efectivo siendo el preferido de las empresas, 72% de las compañías llevó a cabo cobros por medio de transferencias electrónicas, 47% a través de cheques, 45% con tarjetas de crédito y débito, mientras que 6% usó con códigos QR, uno de los métodos de pago sin contacto disponibles en el mercado.

     Solo “5% [de las empresas] no realizan operaciones financieras, es decir, solamente manejan efectivo”, dijo Arturo Blancas, director de Estadísticas Económicas de Inegi, en conferencia de prensa.

     Si los hábitos financieros de las empresas no solo dieron un paso atrás con el uso del efectivo durante el periodo más álgido de la emergencia sanitaria en detrimento de las operaciones electrónicas, el financiamiento a empresas, que representa una vía para que puedan expandir sus actividades o invertir en capital, también. El porcentaje de organizaciones que utilizaron esta herramienta financiera pasó de 31% en 2014 a 25% en 2020.

     Durante 2021, diversos sectores productivos no fueron considerados esenciales y se vieron obligadas a trabajar con restricciones, ya sea en el aforo de sus negocios como en el caso de los restaurantes, tiendas departamentales y otros comercios, como por falta de mano de obra ante los contagios.

 

Mayoría de empresas aún rehúye a solicitar financiamiento

Más allá del contexto de la pandemia del total de firmas consultadas solo 47% ha solicitado un crédito cuando menos una vez desde su inicio de operaciones, con el restante 535 que no lo ha hecho

     La Enafin también encontró que 47% de las firmas consultadas solicitó un crédito al menos una vez desde que inició operaciones, mientras que el 53% restante nunca lo ha hecho y que considera que las tasas de interés elevadas, los numerosos requisitos que deben cumplir y los esquemas inaccesibles de pago son los principales factores que inhiben el acceso al crédito.

     El financiamiento empresarial “es uno de los motores que potencia las actividades productivas en cualquier país, y el nuestro no es la excepción”, dijo Graciela Márquez Colín, presidenta de Inegi, en conferencia. “Permite que las empresas expandan su capacidad productiva, generen más empleos y, sobre todo, que innoven y con ello aumenten la productividad y las potencialidades de crecimiento”.

     “Contar con servicios financieros óptimos y profundos, a final de cuentas, promueve el crecimiento y desarrollo corporativo”, agregó la funcionaria.

     Ya pasados los peores meses de la pandemia y si bien la crisis sanitaria para algunos ha dejado de ser la preocupación ante los problemas económicos mundiales con una inflación galopante, el financiamiento empresarial hiló en junio dos meses de alza en términos reales, luego de 20 meses consecutivos de contracción, lo que para algunos podría ser el inicio del camino de recuperación.

     “Ante un entorno que sugiere un comportamiento menos precautorio por parte de los consumidores, las empresas han visto impulsados sus ingresos corrientes y el flujo futuro esperado de los mismos y, como demandantes de crédito, ello implica una mayor demanda de fondos prestables”, escribieron expertos de BBVA México en un reporte sobre el comportamiento de la actividad crediticia.

     No obstante, la recuperación de ese tipo de crédito enfrenta riesgos, señalaron los analistas, como la persistencia de la inflación, que podría afectar el poder adquisitivo de los consumidores al grado de alterar sus patrones de consumo.

     En 2022, fuera del periodo de la encuesta, aún muchas empresas sufren los estragos económicos de la contingencia sanitaria, entre ellos que aún no están normalizadas en su totalidad las cadenas de suministro, ya sea por los cierres productivos en países como China ante los rebrotes de covid-19, o bien también les afectan los efectos adversos que ocasiona la guerra de Rusia en Ucrania.

     Enafin, consistió en encuestas levantadas entre el 2 de agosto y el 30 de septiembre de 2021. Fue recabada a nivel nacional y entre empresas micro, pequeñas, medianas y grandes, del sector de la construcción, manufacturas, comercio y servicios privados no financieros, incluyendo transportes.

 


Fecha de publicación: 29/08/2022

Etiquetas: Mexico economia financiero empresas ENIF Iinegi CNBV pandemia covid-19