El proyecto Gigafactory México en la zona metropolitana de Monterrey, que la automotriz Tesla anunció en marzo, se perfila como una de las obras más importantes en el país por el nearshoring, pero hasta ahora no ha despuntado por la incertidumbre económica global, la falta de permisos e infraestructura. Foto de la empresa
El proyecto Gigafactory México en la zona metropolitana de Monterrey, que la automotriz Tesla anunció en marzo, se perfila como una de las obras más importantes en el país por el nearshoring, pero hasta ahora no ha despuntado por la incertidumbre económica global, la falta de permisos e infraestructura. Foto de la empresa

28 de dic. (Axis negocios) -- El proceso de relocalización de empresas hacia México para aprovechar su cercanía con Estados Unidos y otras ventajas que ofrece el hecho de salir de China por las disputas comerciales entre las dos principales potencias económicas del mundo, representa una de las mayores oportunidades para la expansión de la economía del país que se recuerden en mucho tiempo, sin embargo su impacto ha sido modesto hasta ahora y, pese a las expectativas, existen dudas sobre si este fenómeno logrará despuntar en el año que está por comenzar.

     La economía mexicana perfila un crecimiento de 3.4% al cierre de este año, de acuerdo con las estimaciones más recientes de los analistas, entre ellos los consultados por Citibanamex en su última encuesta quincenal, un avance que será más del triple de lo que anticipaban al comienzo de 2023, pero al cual el mejor conocido como nearshoring apenas contribuirá con entre 0.3 y 0.4 puntos del PIB, dijeron expertos de Barclays México.

     Para 2024 la expectativa es ligeramente más favorable, en parte por la dinámica generada por la relocalización, que aportaría entre 0.5 y 0.6 puntos del producto, de acuerdo con Barclays.

     Aun así es una contribución lejos del potencial que estiman los analistas, quienes creen que en un escenario idóneo la relocalización de industria le permitiría al país alcanzar tasas de crecimiento de entre 5 y 7%, es decir, hasta el doble de lo estimado para 2023 y el triple de lo previsto para 2024 (2.3%).

     “Ahí no hay ningún efecto visible del nearshoring”, dijo Mario Correa, presidente saliente del Comité Nacional de Estudios Económicos de IMEF, en la primera mitad de diciembre. “Si aprovecháramos la oportunidad, podríamos estar creciendo a tasas del 5, 6 o hasta 7%”.

     Los proyectos vinculados al nearshoring durante los primeros 10 meses del año suponen inversiones multianuales por 44 mil millones de dólares, de acuerdo con el Data Monitor de Santander México. La cifra refleja las oportunidades que ofrece este fenómeno para impulsar la actividad económica al elevar los índices de inversión, empleo formal, infraestructura y exportaciones, por mencionar algunos.

     En 2023 fue especialmente relevante el anuncio de la multinacional de autos eléctricos Tesla Motors, quien en marzo develó la construcción de su proyecto conocido como Gigafactory México en la zona metropolitana de Monterrey, el cual podría requerir un desembolso de hasta 10 mil millones de dólares. Poco después de Tesla, la compañía energética Mexico Pacific Limited realizó el anuncio de inversión más alto en el país en lo que va de 2023, por 14 mil millones de dólares, para la construcción de un gasoducto y una planta de licuefacción en Sonora con fines de exportación a Asia.

     Sin embargo, para muchos la oportunidad del nearshoring no se está aprovechando con todo su potencial, entre otras cosas por la política energética del gobierno de Andrés Manuel López Obrador que favorece a las empresas del Estado --Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos-- pese a sus limitaciones financieras y operativas; señales de incertidumbre para los inversores y una baja disponibilidad de espacios industriales. A ello hay que sumar un escenario retador por los altos niveles de restricción monetaria y la expectativa de un menor dinamismo en 2024, tanto en Estados Unidos como en México, lo que incluso está ocasionando que proyectos como el de Tesla avancen a un ritmo más lento.

     “En algunas zonas del país que están creciendo de forma importante --Querétaro o algunos estados del norte--, las empresas que se quieren instalar ya empiezan a encontrar problemas para obtener abasto de energía eléctrica”, dijo Mario Correa. “El país no está invirtiendo al ritmo que se requiere en generación de diferentes tipos de energías, y contar con energías suficientes, a precios competitivos, confiables y generadas cada vez más por fuentes limpias y renovables, es una nueva realidad a la que nos tenemos que adaptar”.

     Si bien algunos indicadores económicos dan cuenta de lo que podrían ser los efectos iniciales del nearshoring, para muchos el crecimiento podría ser mayor con más políticas para incentivar el apetito de las empresas para establecerse en el país.

     Tal es el caso de la inversión extranjera directa, que al tercer trimestre del año creció 2.4% para ubicarse en 32.9 mil millones de dólares, una cifra récord para periodos similares. Claro que, al desglosar las cifras por componentes, apenas 8.5% del capital foráneo (2.8 mil millones de dólares) consistió en nuevas inversiones, lo que representa un nivel mínimo de aportación desde que comenzó el registro en 1963.

     Además, los analistas estimaron que si el ritmo de inversiones hubiera continuado como en 2022, el desembolso de los primeros nueve meses sería de más de 44.6 mil millones de dólares y el año completo apuntaría a 50 mil millones.

     “No todo es positivo en las cifras de IED”, escribieron especialistas de Banco Base en un reporte de noviembre. “De hecho, debido a la caída de nuevas inversiones, se espera que en 2023 este componente explique la menor proporción de la IED total en registro”.

     Una buena noticia es que México ha logrado captar 17% de la inversión que llega a Norteamérica proveniente de China, lo que coloca al país en el lugar 15 entre los que tienen mayor potencial para aprovechar el nearshoring, de acuerdo con cálculos de la consultora Savills.

     Algunos economistas consideran que el impacto del nearshoring también se está reflejando de forma incipiente en algunos indicadores de comercio exterior, pero reconocen que el entorno podría ser menos favorable el año próximo, sobre todo si se concreta una desaceleración o recesión leve en Estados Unidos por la postura restrictiva de la Fed.

     La balanza comercial de noviembre mostró que tanto las exportaciones como las importaciones de México subieron en su comparación anual, con un buen desempeño de indicadores ligados al proceso de relocalización, entre ellos las importaciones de bienes de capital --como maquinaria y equipos industriales--, que crecieron 15.9% año a año.

     “A pesar de la tendencia general positiva en el sector externo, reconocemos que persisten algunos riesgos a la baja, como la posibilidad de una desaceleración más pronunciada de la actividad económica estadounidense”, dijeron analistas de GBM encabezados por Miriam Acuña, en un reporte. “En este sentido, un indicador que preocupa son las importaciones de bienes intermedios, que cayeron 4.9% interanual” contra -3.1% en octubre.

     Pese a estos desafíos, el gobierno mexicano confía en que las empresas se trasladarán gradualmente al país para acercar su producción a Estados Unidos, lo que impulsaría el crecimiento económico para situarse entre 2.5 y 3.5% en 2024. El pronóstico supera la proyección del consenso de analistas del sector privado, aunque sigue sin reflejar todos los beneficios del nearshoring, que llevarían a la economía a crecer por encima de 5%.

     Gabriel Yorio, el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, dijo que hasta octubre había 125 anuncios oficiales de empresas con intenciones de establecerse en el país, lo que se traduce en una inversión total por 60 mil millones de dólares. A ello hay que sumar los 20 mil millones que Hacienda prevé como consecuencia de los estímulos fiscales que ofrece desde octubre a las firmas extranjeras de 10 industrias --semiconductores, electromovilidad, farmacéutica y agroindustria, entre otras-- interesadas en relocalizarse en México.

     El potencial del nearshoring para detonar el crecimiento parece innegable, pero habrá que esperar para ver todo su impacto, pues incluso en 2025 IMEF augura un avance del PIB de 2%, con lo que la economía estaría desacelerando en lugar de crecer.

 

 


Fecha de publicación: 28/12/2023

Etiquetas: nearshoring relocalización empresas crecimiento economía México inversión Tesla PacificLimited