Banxico podría retrasar su ciclo de recortes de tasas hasta el primer o incluso el segundo trimestre de 2024, de acuerdo con analistas. Foto archivo
Banxico podría retrasar su ciclo de recortes de tasas hasta el primer o incluso el segundo trimestre de 2024, de acuerdo con analistas. Foto archivo

11 de ago. (Axis negocios) -- La Junta de Gobierno de Banco de México mantuvo el jueves su tasa objetivo en 11.25% y dijo que seguirá en ese nivel durante un “periodo prolongado”. Los economistas parecen inclinarse por algún momento de 2024, pero por ahora la frase podría significar entre tres meses hasta casi un año.

     Desde que decidió pausar su ciclo alcista en mayo, el Instituto Central advirtió que dejaría la tasa sin ajustes por un tiempo, para permitir que el endurecimiento monetario --por un total de 725 puntos base desde junio de 2021-- surtiera efecto y para asegurarse de que la inflación siguiera una clara trayectoria descendente hacia su meta de 2%, la cual aún está lejos de alcanzar.

     Si bien la inflación en México acumula seis meses con desaceleraciones y creció a una tasa anual de 4.79% en julio, su menor nivel en más de dos años, los riesgos asociados al componente subyacente --o aquel que descuenta los precios de los productos más volátiles y que, por ende, es el más vigilado por los responsables de la política monetaria--, junto con un posible repunte en el índice general debido a factores estacionales, obligan al Banco Central a mantenerse en pausa hasta que se consolide el proceso desinflacionario en el país.

     Por ahora los miembros de la Junta no parecen estar muy convencidos de que ese proceso vaya a concretarse pronto, ya que incluso elevaron su pronóstico para la inflación subyacente al cierre del año --de 5 a 5.1%--, mientras que el resto de sus estimaciones para finales de 2023 y 2024 se mantuvieron iguales, de acuerdo con el comunicado de su última decisión.

     Pero la persistencia de la inflación no es lo único que preocupa a los banqueros centrales: el sorpresivo crecimiento económico del país en el primer semestre del año también es un factor a considerar, especialmente porque uno de sus principales impulsores ha sido el consumo interno, lo cual puede derivar en presiones de demanda sobre los precios.

     “Ya es agosto y Banco de México sigue diciendo que la tasa se mantendrá sin cambios por un período prolongado. Continúa destacando los riesgos de inflación al alza y modifica su previsión de inflación subyacente [a corto plazo]. También reconoce que el crecimiento ha sorprendido al alza”, escribió ayer Carlos Capistrán, economista en jefe para México y Canadá de Bank of America o Bofa Securities, en un reporte. “Este no es un Banco Central que esté a punto de bajar las tasas”.

     La mesa de análisis de Bofa está entre las que más lejos ve el ciclo de recortes en tasas, pues considera que iniciará hasta junio de 2024 o dentro de 10 meses.

     Otras instituciones, como el banco británico Barclays, Grupo Financiero Banorte o el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, también estiman que la tasa de referencia se mantendrá sin ajustes por lo que resta de 2023.

     Por su parte, el consenso de analistas del sector privado aún ve posible un recorte de 25 puntos base en diciembre, que llevaría la tasa a 11%, de acuerdo con la última encuesta de expectativas de Citibanamex --publicada antes de la decisión de Banxico--. No obstante, casi una cuarta parte de los 33 bancos y agentes financieros que participaron en la encuesta dijeron que la pausa se prolongará hasta 2024.

     “El tema de lo que puede ser esta última parte del año, sobre todo el último trimestre en términos de inflación, puede desinhibir las perspectivas de recortes”, dijo Jonathan Zuloaga, economista en jefe de Columbus Asesores Patrimoniales, en entrevista.

     Claro que la mayoría de las mesas de análisis aún ven probable que el Banco Central reduzca el interés de referencia al cierre de este año y 12 de ellas creen que ocurrirá tan pronto como en noviembre, de acuerdo con la encuesta de Citibanamex. Este optimismo se explica en parte porque prevén que la inflación y las expectativas a 12 meses seguirán disminuyendo en el segundo semestre, pero también por una posible desaceleración del crecimiento tanto en México como en Estados Unidos, que podría justificar una postura menos restrictiva de los reguladores.

     En el caso de la actividad económica, los analistas proyectaban una recesión en Estados Unidos --con efectos en México-- en el transcurso de este año, la cual no se ha materializado y posiblemente no ocurrirá en los próximos meses. Por el contrario, el crecimiento del producto interno bruto nacional en los primeros dos trimestres sorprendió a los agentes financieros y los llevó a revisar al alza sus pronósticos, para alinearlos o al menos acercarlos a la meta de 3% que la Secretaría de Hacienda planteó desde 2022.

     Si bien el escenario de una recesión leve o mild recession aún figura en las previsiones de los analistas, lo ven más probable hacia la segunda mitad de 2024 o principios de 2025, que es cuando podría tener mayor incidencia en la postura monetaria del Instituto Central.

     “Si no hay un impacto en la actividad económica, que a su vez haga que la inflación efectivamente pueda ir convergiendo hacia las metas de largo plazo de la Reserva Federal (Fed) y de Banxico, va a ser difícil que decidan hacer recortes antes de tiempo”, dijo Zuloaga, de Columbus.

     De igual forma, Banco de México podría evaluar recortes si la tasa real ex-ante se vuelve muy restrictiva. Esta se define como la diferencia entre la tasa objetivo y la media de las expectativas de inflación a 12 meses. Actualmente se ubica en 6.93%, con base en los datos de la última encuesta que publicó el Banco, aunque es probable que siga aumentando en los próximos meses, conforme las previsiones inflacionarias desciendan.

     “De mantenerse las tasas en 11.25% y continuar el descenso de las expectativas de inflación, la tasa de interés real seguirá subiendo, encareciendo aún más el costo del crédito”, dijo Alejandro Werner, exjefe del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, en una columna publicada ayer en Reforma. “Es tiempo de que Banco de México reconozca su éxito en reducir la inflación y contener el ‘desanclaje’ de las expectativas y reduzca las tasas de interés, eliminando el sobreajuste que estuvo orientado a evitar este fenómeno”.

     Los miembros de la Junta incluso han dejado entrever que un aumento de la tasa real ex-ante más allá de lo anticipado podría ser un factor que motive recortes en el interés objetivo, aunque por ahora no figura en su escenario base.

     Jonathan Heath, uno de los cuatro subgobernadores del Instituto Central, dijo en mayo que un nivel de entre 6 y 7% sería el “adecuado” para la tasa real.

     “En el mejor de los casos habrá un ajuste fino en algún momento dado, si es que vemos que las expectativas de inflación bajan muy rápido y eso hace que crezca la postura restrictiva más allá de lo que tenemos ahorita en mente”, agregó el subgobernador la semana pasada, al participar en el podcast Norte Económico de Banorte. “Pero no creo que se vea ahorita que ese sea el caso y, por lo tanto, debemos mantener una postura restrictiva”.

     Los analistas de Bofa Securities coinciden con Heath en que las previsiones inflacionarias bajarán lentamente y, por lo tanto, los recortes en tasas aún podrán esperar más tiempo.

     “La lenta evolución de las expectativas de inflación impedirá que el tipo real ex-ante aumente mucho este año, eliminando una posible razón para que Banxico recorte” en 2023, dijo Carlos Capistrán, en un reporte publicado en julio.


Fecha de publicación: 11/08/2023

Etiquetas: Banxico tasa interés recortes analistas inflación crecimiento economía