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28 de abr. (Axis Negocios) -- La actividad económica de Estados Unidos se contrajo de forma sorpresiva de enero a marzo por primera vez desde el segundo trimestre de 2020, como consecuencia de las persistentes restricciones en la cadena de suministro, inflación e interrupciones provocadas por la guerra en Ucrania y choques eventuales de la pandemia.
La caída de la economía más grande del mundo cayó 1.4% a tasa anual en el periodo de enero a marzo y cortó una racha de seis trimestres al alza, de acuerdo con la estimación preliminar reportada por Bureau of Economic Analysis (BEA). La contracción contrastó con lo esperado. Analistas encuestados por el portal financiero Investing anticipaban un incremento de 1.1% del PIB en el primer tercio del año.
“Se trata de una caída importante, si se compara con el 6.9% de avance en el 4T de 2021. La razón es el confinamiento ocasionado por la cuarta ola de covid-19 a principios de año”, escribió Ben Laidler, estratega global para la plataforma de trading eToro, en un reporte.
La desaceleración provino principalmente de un déficit comercial creciente. El déficit comercial por sí solo redujo el producto interno bruto en 3.2 puntos porcentuales, la tercera cifra más alta registrada. Y es que la brecha en el comercio de bienes promedió un récord de 113 millones de dólares en el primer trimestre del año frente a los 87 mil millones de dólares del mismo trimestre de 2021.
“El desempeño del PIB en el primer trimestre estuvo afectado por el fuerte crecimiento de las importaciones y la contracción de las exportaciones, lo que implicó un crecimiento del déficit comercial a niveles históricos.”, escribió Gabriela Siller, directora de análisis económico financiero de Banco Base, en un reporte.
Asimismo, el menor gasto público y la disminución de las existencias de inventario también contribuyeron a la debilidad de la economía estadounidense. De hecho, los inventarios también se restaron del PIB por primera vez en tres trimestres, ya que persistieron los desafíos de la cadena de suministro y las empresas lucharon por reponer las existencias.
Por el contrario el gasto de los consumidores --una actividad que contribuye dos tercios del PIB-- y la inversión empresarial, dos de los pilares que sostienen la economía de Estados Unidos, fueron sólidos. Por ejemplo, el gasto en consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés) aumentó a una tasa de 2.7% entre enero y marzo contra los tres meses previos, su mayor alza en los últimos tres trimestres.
Los precios medidos en términos del PCE subieron 7% en el primer trimestre y avanzaron a una tasa anual de 6.3%.
Finalmente, los precios subyacentes del PCE, o aquella medida que desestima los cambios en productos altamente volátiles como alimentos o energéticos, subieron 5.2% en el trimestre y aumentaron 5.2% anual.
Esta última medida, la variación interanual de los precios subyacentes del PCE, es la más vigilada por la Reserva Federal (Fed) para determinar las acciones de política monetaria en Estados Unidos.
“El PIB de Estados Unidos ya terminó de recuperarse y sigue en etapa de expansión, pero no ha alcanzado el nivel que tendría por la recesión provocada por la pandemia”, agregó Siller. “Sin embargo, para que esto ocurra, el PIB debería crecer a tasas cercanas al 3% anual a partir del 2023 y se lograría la convergencia en el tercer trimestre del 2025”.
Siller prevé que hacia adelante los principales riesgos continúan siendo la guerra en Ucrania y la posibilidad de un mayor deterioro de las exportaciones estadounidenses, mientras que, de forma simultánea, el incremento de la tasa de interés de la Reserva Federal puede frenar la inversión y el consumo.
* César E. Pérez contribuyó a la elaboración de esta historia.
Fecha de publicación: 28/04/2022
Etiquetas: EUA economía PIB inflación precios PCE gasto consumo inversión