El gobierno entregó al Congreso el paquete económico para el año 2021, en un momento en el que todavía se vive una elevada incertidumbre sobre la magnitud y la duración de los daños provocados por la pandemia de covid-19.

Como parte de los supuestos que trazó el gobierno, se espera un crecimiento del PIB de 4.6% para 2021, una cifra que está muy por encima de los cálculos que tienen analistas del sector privado y autoridades como el Banco de México.

Arturo Herrera, el secretario de Hacienda y Crédito Público, confirmó que no es momento de elevar impuestos o pedir esfuerzos adicionales a la ciudadanía, por el difícil año provocado por la pandemia.

No obstante, mantuvo la promesa de procurar finanzas sanas sin descuidar los crecientes compromisos en materia social.
 

Millones de personas han perdido sus empleos a causa de la crisis económica provocada por el covid-19. Algunas han volteado a ver sus autos para usarlos como herramienta de trabajo, algunos como Uber, otros para entregar paquetería aprovechando el boom del comercio electrónico. Algo así hace AeroMéxico, que no pretende dejar en tierra sus mejores aviones, una veintena de Dreamliners que tienen la capacidad de viajar al otro lado del mundo sin hacer escalas.

Cuando la pandemia recrudeció en abril, dichos aviones de doble pasillo fueron usados como  cargueros para transportar todo tipo de mercancía, muchos de ellos fletados por el gobierno mexicano para conseguir insumos para combatir el covid-19.

Ahora, la compañía decidió que si el restablecimiento del tráfico mundial va para largo, lo mejor sería utilizar esos aviones en rutas nacionales. Si la apuesta le sale bien, podrá eficientar costos, pues en lugar de enviar dos aviones 737 de Ciudad de México a Tijuana o Cancún, podrá usar solo uno.
 

América Móvil, la principal empresa de telecomunicaciones de América Latina, subió un escalón más para obtener otro pedazo del jugoso mercado móvil de Brasil, tras recibir la aprobación de Oi a su propuesta de adquisición en alianza con Telefónica y TIM.

A pesar de esta aceptación, la propuesta de más de tres mil millones de dólares aún podría ser retada por otro comprador y deberá tener la luz verde de los acreedores de Oi, que pasa por un proceso de reestructura, y por las autoridades de competencia de Brasil.

Las implicaciones de esta operación se vislumbran como positivas para la empresa por parte de los analistas debido a las sinergias que la compañía controlada por la familia Slim podría alcanzar con el negocio que ya tiene en el gigante sudamericano y que opera bajo la marca Claro.
 

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Fernanda Celis
Directora Editorial Newsletter AXIS
Especialista en Negocios y Finanzas.