La agencia de calificación crediticia Standard and Poors recorta la nota soberana de México en un escalón ante el complejo panorama que enfrenta el país. Foto de la oficina de prensa de la Presidencia de México.
La agencia de calificación crediticia Standard and Poors recorta la nota soberana de México en un escalón ante el complejo panorama que enfrenta el país. Foto de la oficina de prensa de la Presidencia de México.

26 de mar. (Sentido Común) -- La calificación crediticia de México sufrió un nuevo descalabro por parte de la agencia Standard and Poor’s, que decidió recortar la nota soberana del país y, además, mandó una advertencia adicional ante el difícil panorama que se avizora para el país en este año.

     De esta manera, la calificación crediticia de S&P para México bajó un escaño, al pasar de ‘BBB+’ a ‘BBB’, o el penúltimo escalafón dentro del bloque de activos considerado como grado de inversión, por los efectos negativos que enfrentará la economía con la pandemia del coronavirus covid-19 y por el desplome de los precios internacionales del petróleo.

     El recorte de la calificación soberana es un reflejo de las circunstancias más adversas que enfrenta México y, por lo tanto, provocará que el país muy probablemente tenga que pagar mayores intereses al emitir deuda al ser considerado un activo más riesgoso que en el pasado.

     Además, la calificadora de origen estadounidense mantuvo la perspectiva de la calificación del país en 'negativa', lo que implica que podría volverla a recortar en un lapso de uno a dos años si México no logra mejorar el estado actual de sus finanzas.

     “Prevemos un impacto pronunciado sobre la economía mexicana derivado de la combinación de shocks del covid-19 --en México y en Estados Unidos, su principal socio comercial-- y de la caída de los precios internacionales del petróleo”, dijeron los analistas de S&P. “Estos shocks, aunque temporales, empeorarán la ya débil dinámica de la tendencia de crecimiento para 2020-2023, que refleja, en parte, menor confianza del sector privado y el poco dinamismo de la inversión”.

     El cambio en la visión de S&P, si bien responde a un deterioro en las previsiones para el desempeño de la economía global, también eleva las dudas que existen por algunas decisiones tomadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en cuanto a su visión del futuro de la industria energética, que ha cerrado en gran medida la puerta a nuevas inversiones privadas.

     Varios analistas y agentes financieros venían advirtiendo que México sufrirá presiones financieras ocasionadas por los menores ingresos que obtendrá por el débil crecimiento económico, los cuales se magnificaron con la caída reciente de los precios internacionales del petróleo.

     “Esta es la segunda revisión a la baja a la calificación crediticia de México en lo que va de esta administración”, escribió Alonso Cervera, economista con el banco de origen suizo Credit Suisse, en un mensaje en su cuenta personal de Ttwitter. “En junio pasado Fitch bajó la calificación [también un escaño] a 'BBB' desde 'BBB+'”.

     México, a diferencia del pasado, ya no obtiene buena parte de sus ingresos de la venta del petróleo --como cuando llegó a obtener hasta 40% de sus ingresos totales por esa vía en los años 2008 y 2012--. De hecho, ahora está blindado de los recientes ajustes a los precios gracias a la cobertura petrolera que contrató con instituciones financieras, los cuales le permitieron garantizar ingresos por la venta de un millón 951 mil barriles este año a un precio de 49 dólares.

     No obstante, el desplome observado en los precios del crudo en 2020 es una mala noticia por las implicaciones negativas que tiene para las finanzas de la empresa estatal Petróleos Mexicanos, que muy probablemente demandará recursos adicionales para superar la endeble situación financiera que atraviesa desde hace años.

     El precio de la mezcla mexicana de exportación cerró este jueves 26 de marzo en 14.61 dólares por barril, lo que implica una caída de 73.9% frente a los 56.14 dólares en que cerró el año pasado.

     La conjunción de un negocio menos atractivo y de la animadversión de López Obrador a la participación del capital privado en nuevas rondas de licitaciones petroleras fueron aspectos que tomó en cuenta S&P.

     “El cambio en la política energética bajo la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador aumenta la dependencia de Pemex para la producción e inversión de petróleo en México”, dijo la calificadora neoyorkina en el documento donde reveló el downgrade de un escaño para México. “Si el perfil fiscal del gobierno general sigue siendo débil durante un periodo prolongado, a pesar de cierta estabilización en la producción, el pobre desempeño operativo y financiero de Pemex y las limitaciones de capacidad técnica podrían representar un pasivo contingente más importante para los créditos soberanos”.

     De hecho, unas horas después del ajuste en la nota soberana, los analistas de S&P decidieron hacer lo propio la calificación crediticia de Pemex, con lo que la movieron de BBB+ a BBB, y se espera que lo haga con otras compañías del país. Incluso, los analistas de la calificadora dijeron que se reforzó la evaluación que tenían a lo largo de los últimos 15 meses, donde han visto un fuerte respaldo del gobierno de López Obrador mediante la reducción de su carga impositiva y una inyección de capital.

     "Otro factor capturado en nuestra evaluación es la reversión de la política energética de México bajo la administración actual, que reposiciona a Pemex en el centro del escenario y frena la participación de actores privados en el sector energético nacional", dijo S&P. "En nuestra opinión, se ha hecho evidente que este plan aumenta los incentivos del gobierno para apoyar a Pemex, cuando sea necesario, porque la administración apunta a ampliar el papel del estado en el sector energético, que ha considerado estratégico".

     Los cambios en las calificaciones y el entorno más pesimista sobre el horizonte tanto de la economía nacional como del negocio de Pemex han revivido los temores de que México pueda perder la categoría de grado de inversión, algo que todavía parece lejano al menos en lo concerniente a la nota soberana.

     “La pregunta ahora es si México perderá el IG” o grado de inversión, escribió por su parte Marco Oviedo, economista con el banco de origen británico Barclays, en un reporte. “AMLO no quiere dar golpe de timón. Está a tiempo”.

     La agencia prevé que la economía mexicana crecerá por debajo de otras naciones similares. Para este año, los analistas de Standard and Poor’s estiman que la economía mexicana sufra una contracción de 3% frente a 2019, lo que representaría su segundo año seguido de caídas.

     Incluso, la caída esperada en el PIB de Estados Unidos --que es el destino de alrededor de 80% de las exportaciones totales mexicanas-- hace creer que el impulso esperado con la entrada en vigor del nuevo tratado entre ambos países y Canadá, conocido aquí como T-MEC, quedará diluido.

     “Estos shocks negativos superan el potencial impulso al crecimiento de este año en México, derivado del plan de infraestructura nacional delineado en noviembre de 2019 o de la aprobación” del T-MEC, dijo Standard and Poor’s.

     El peso mexicano se presionó ligeramente en operaciones after hours tras conocerse el recorte de calificación soberana de México, aunque el movimiento fue acotado al pasar de cotizar alrededor de 23 pesos por dólar a 23.24 unidades.

     “El tipo de cambio ha reaccionado moderadamente a la baja de calificación de S&P. La noticia se dio después del cierre de los mercados y es probable que ya estuviera descontada en buena medida”, escribió Alexis Milo, economista con el banco mexicano HSBC, en un mensaje de Twitter.

 

 

 

 

 

 


Fecha de publicación: 26/03/2020

Etiquetas: México economía calificación S&P petróleo coronavirus