El auge de los metales para baterías de autos eléctricos pasa a decadencia

13 de mar. (Dow Jones) --Cuando la compañía de litio más valiosa del mundo anunció el año pasado sus planes para una planta de mil 300 millones de dólares en Carolina del Sur, los funcionarios locales lo vieron como algo que transformaría al estado.

     El proyecto de alta tecnología de Albemarle, con sede en Charlotte, Carolina del Norte, fue diseñado para procesar diferentes fuentes de litio, incluido el que se podría extraer de baterías recicladas a fin de servir como proveedor del mineral crítico para la floreciente industria de vehículos eléctricos de Carolina del Sur.

     Menos de un año después, esos planes se vieron obstaculizados por un desplome de los precios de los metales para baterías, socavados por una desaceleración en el crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos y China. Albemarle aplazó la inversión en el proyecto, en medio de recortes de costos en toda la compañía que incluyen despidos y retrasos en otras inversiones.

     Los productores de litio y níquel, que se utilizan en las baterías de iones de litio para vehículos eléctricos, han estado paralizando proyectos y cerrando minas para ahorrar dinero después de una caída dolorosamente rápida en los precios de las materias primas. Los precios del litio bajaron hasta 90% desde principios del año pasado, mientras que el precio del níquel redujo aproximadamente a la mitad.

     El gigante suizo de la minería y el comercio Glencore dijo hace unos días que suspendería la producción en una mina de níquel y planta de procesamiento no rentable en Nueva Caledonia, un grupo de islas francesas en el Pacífico que proporciona más de 6% del suministro mundial. Buscará un comprador para su participación en la operación, una decisión que la compañía atribuyó a los altos costos operativos y a la debilidad del mercado.

     Días después, BHP Group, la minera más grande del mundo por valor de mercado, dijo que podría verse obligada a cerrar su negocio de níquel australiano por un período no definido, advirtiendo que no anticipa una rápida recuperación del mercado. BHP tiene acuerdos de suministro con Tesla y Ford Motor.

     El mundo está repentinamente inundado de metales después de que los productores aceleraran nuevos proyectos para alimentar a la industria mundial de vehículos eléctricos mientras que las ventas de los vehículos han estado perdiendo impulso.

     Varios fabricantes de automóviles, incluidos Ford, General Motors y Volvo, están retrasando las inversiones y adoptando un tono más cauteloso sobre las perspectivas de la demanda de los consumidores de vehículos eléctricos. El negocio del fabricante británico de vehículos eléctricos, Arrival, en Reino Unido se declaró en bancarrota el mes pasado, tras citar las difíciles condiciones macroeconómicas y de mercado que retrasaron la llegada de sus productos al mercado.

     “La situación mundial del níquel es grave”.

     Los ciclos de auge y caída son comunes en los mercados de metales, dado que la demanda puede ser impredecible y las nuevas minas suelen tardar muchos años en desarrollarse.

     Algunos analistas consideran que la magnitud de los recortes hasta la fecha es moderada, un posible indicio de que algunas mineras siguen siendo optimistas sobre la demanda a largo plazo.

     La adopción de vehículos eléctricos está ocurriendo, pero no tan rápido como se anticipaba, y los precios de los metales marcadamente más bajos podrían ayudar a las empresas automotrices a reavivar el crecimiento de las ventas al atraer a los compradores con modelos más baratos y con descuentos. La desaceleración de la minería corre el riesgo de crear escasez de los metales si la demanda se calienta rápidamente, dejando una vez más a los fabricantes de automóviles luchando por los suministros.

     La mayoría de los grandes proveedores de la incipiente industria del litio favorecieron la pausa de los próximos proyectos en lugar de cerrar las operaciones existentes, reforzados por las pilas de efectivo acumuladas en los últimos años cuando los precios de la materia prima estaban aumentando.

     En la industria del níquel, más establecida, algunos mineros dicen que no les ha quedado más remedio que cerrar minas no rentables que luchan por competir con las exportaciones baratas de Indonesia. La recesión eliminó más de una quinta parte del suministro minero de Australia, de acuerdo con Benchmark Mineral Intelligence, que dice que podría haber más víctimas en el futuro.

     Las autoridades australianas designaron el viernes al níquel como un mineral crítico, una medida que dará a las empresas la oportunidad de solicitar subvenciones del gobierno.

     Algunas autoridades políticas occidentales temen que la situación actual descarrile los recientes esfuerzos para diversificar las cadenas de suministro de minerales críticos lejos de China, que refina más de la mitad del litio del mundo y encabeza el auge del níquel en Indonesia con grandes inversiones. A los funcionarios también les preocupa que los mercados globales estén llenos de metales de minas de bajo costo, pero altamente contaminantes, si los productores con estándares más estrictos quedan fuera de los precios.

     “La situación mundial del níquel es grave y, en mi opinión, es una amenaza extrema para la seguridad nacional e internacional, así como para el medio ambiente”, dijo la subdirectora de baterías y materiales críticos del Departamento de Energía de Estados Unidos, Ashley Zumwalt-Forbes, en una publicación de LinkedIn.

      “La economía no está ahí”.

     Hasta hace poco, el gigante estadounidense del litio Albemarle estaba en lo más alto, persiguiendo agresivos planes de expansión. Ahora el precio de sus acciones bajó más de 52% con respecto al de hace un año.

     Albemarle no dijo cuánto tiempo podría retener el gasto en la planta propuesta en Carolina del Sur, que se suponía que comenzaría a construirse este año y produciría suficiente litio para aproximadamente 2.4 millones de vehículos eléctricos al año.

     El presidente ejecutivo, Kent Masters, dijo a los inversionistas hace unos días que “donde están los precios hoy, los números no están ahí para esos proyectos”, pero que la compañía continuaría buscando permisos. Dijo que el proyecto de la planta de Carolina del Sur se ha retrasado, no cancelado, aunque la compañía no está construyendo y detuvo el trabajo de ingeniería en ella.

     Si los precios se mantienen donde están, la producción disminuirá y eventualmente empujará los precios al alza, dijo Masters.

     Algunos productores de litio están tratando de aprovechar el tumulto. Sigma Lithium, que tiene operaciones en Brasil, está capturando participación de mercado debido a sus menores costos de procesamiento, dijo la presidenta ejecutiva Ana Cabral.

      “Estamos invirtiendo. Si el mercado cae más, vamos a seguir produciendo. Ganaremos menos dinero, pero vamos a hacer dinero”, dijo Cabral.

     Algunos mineros de níquel no tienen esa opción. IGO, un productor australiano de metales para baterías, dijo que no pudo encontrar ninguna manera de hacer viable su operación de níquel Cosmos en Australia Occidental. Cerrará esa operación a finales de mayo.

     Suspender cualquier mina es una decisión difícil, dicen los ejecutivos mineros, ya que las empresas pagan costos de mantenimiento continuos que pueden ascender a millones de dólares al mes cuando no producen nada para vender.

      “Todo el mundo estaba muy emocionado porque [el níquel] había encontrado un hogar” en las baterías necesarias para el auge de los vehículos eléctricos, dijo Peter Craig, quien dirige una empresa de contratación que ofrece recolección de basura y otros servicios desde una ciudad minera de níquel australiana. Anticipó un auge sostenido que ahora parece menos seguro.

      “Pensamos, este es el futuro del níquel para los próximos 25 años. Pero, ya sabes, nadie puede predecir estas cosas”, dijo Craig.