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7 de jun. (Axis negocios) -- Tanto reguladores como participantes del medio bursátil mexicano están de acuerdo en que la reforma recientemente aprobada por el Senado es un paso en la dirección correcta que no viene a solucionar todos los problemas del mercado, pero sí busca animarlo, aunque en algunos casos con cambios debatibles.
La reforma, que contempla modificaciones a la Ley del Mercado de Valores y la Ley de Fondos de Inversión, busca incentivar que más empresas, sobre todo pequeñas y medianas, vean las bolsas como una opción atractiva de financiamiento, aunque deja temas pendientes como el aprovechamiento del reciente boom de inversionistas retail.
Además, una de sus principales novedades, que es la emisión simplificada de valores que plantea una vía más ágil para que las compañías coloquen deuda y capital, genera preocupación entre los expertos por el potencial debilitamiento de los requisitos o revelación de información que podría traer consigo esa nueva opción de listado.
“La figura de autorregulación de las cotizaciones y emisiones simplificadas plantea inquietudes sobre la calidad de los informes, en concreto sobre la representación fiel de la realidad económica”, escribieron analistas de GBM Casa de Bolsa sobre las reformas aprobadas por los senadores en una sesión a finales de abril y que se espera termine su tránsito legislativo en septiembre para posterior publicación en el Diario Oficial de la Federación.
La preocupación proviene del planteamiento, que todavía puede ser modificado por la Cámara de Diputados, de que las nuevas emisiones no sean supervisadas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el regulador bursátil del país, sino por las propias bolsas de valores y por las casas de bolsa encargadas del proceso.
Siendo que las corredurías, junto con los inversionistas institucionales y las empresas emisoras, están entre los potenciales mayores beneficiarios de la emisión simplificada, podrían generarse incentivos para que los requisitos sean cada vez más laxos en pos de poder atraer más volumen de negocio.
“Está siempre el conflicto de intereses entre el emisor y el colocador”, dijo en entrevista Carlos Hermosillo, analista bursátil independiente. “La casa de bolsa lo que quiere es colocar y cobrar su comisión, si ahora puedes colocar con menos requisitos, puedes facilitarle la vida a los emisores. . . y a lo mejor terminas presentando una emisión de acciones de una empresa que no es la más sólida, no tiene todos los controles o no te está presentando la información financiera de la forma más adecuada”.
Claro que las potenciales nuevas emisiones están dirigidas exclusivamente a inversionistas institucionales y calificados, que teóricamente cuentan con mayores herramientas para evaluar los instrumentos en los que planean inyectar dinero.
No obstante, alerta Hermosillo, en el apartado de “calificados” hay muchos inversionistas en México que aceptan esa categoría únicamente para acceder a una mayor oferta de instrumentos --a veces con mejores rendimientos-- y no porque su perfil de riesgo y conocimientos se ajuste a esa categoría.
Pero la problemática no solamente se reduce a quién comprará los nuevos instrumentos de deuda o capital.
“Los requisitos iniciales están ahí por una razón, no es burocracia, es un tema de asegurarle al inversionista que tiene o que lo que está invirtiendo es de buena calidad”, dijo en entrevista Luis Gonzali, vicepresidente y codirector de inversiones para la gestora de activos Franklin Templeton en México. “Al hacer que los requisitos no sean tan complicados o tan restrictivos, entonces se va a poder listar quien sea y eso tarde o temprano va a generar emisores emproblemados”.
El especialista, si bien considera que la reforma tiene el potencial de dinamizar las emisiones en las bolsas, estima que en un periodo de cinco a 10 años van a presentar dificultades, tanto conocidas como otras que ahora mismo no son habituales.
Que algunas emisoras presenten problemas financieros no es algo ni bueno ni malo, de acuerdo con Gonzali, para quien la clave será elaborar propuestas que reflejen adecuadamente el riesgo de las nuevas emisiones, que naturalmente será mayor, y análisis más completos por parte de los compradores, que tal vez tengan que expandir sus áreas dedicadas a ello.
Además, así como habrá emisoras que decepcionarán las expectativas, otras probablemente sorprendan positivamente y “brinquen” a un esquema de cotización más completo, aumentando la oferta del mercado.
Tanto Hermosillo como el experto de Franklin Templeton coincidieron en que el asunto de transparencia deberá abordarse de manera detallada en la regulación secundaria de la reforma, la cual emprenderán las autoridades financieras una vez sea aprobada por la cámara baja, algo que podría ocurrir en septiembre.
“Que simplifiques no debería de querer decir que minimices la información necesaria para que un inversionista pueda tomar buenas decisiones, lo que deberías de concentrarte es en agilizar los procedimientos”, dijo el analista independiente, que previamente trabajó en las casas de bolsa de Banorte y Actinver.
Con esa postura empató y de hecho defendió la Bolsa Institucional de Valores, la auspiciadora del mercado que hace cinco años llegó a hacerle competencia a la Bolsa Mexicana de Valores, al lado de la cual impulsó la reforma bursátil.
“El hecho de que sea una emisión simplificada no quiere decir que no vaya a haber información que las bolsas soliciten y que los intermediarios soliciten en ese sentido a las empresas”, dijo en entrevista María Ariza, directora general de Biva. La “preocupación se va a ir, digamos, diseminando en la medida en la que la regulación secundaria va saliendo, en la medida en la que los inversionistas obviamente se sientan cómodos también”.
Ariza, ex directora general de la Asociación Mexicana de Capital Privado (Amexcap), enfatizó que los participantes del mercado y las autoridades continuarán trabajando de cerca para que las nuevas leyes sean adecuadas para los inversionistas y se minimicen riesgos como el de la brecha de información, aunque claramente una emisión simplificada conlleva un riesgo distinto al modelo actual.
Pese a todo, los especialistas consideran que la reforma sí tiene potencial para aumentar el tamaño y la profundidad de un mercado que lleva décadas con pocas emisoras y con una relación muy dispar con la economía de México, acompañada de otros esfuerzos.
“Sí vamos a ver un aumento de las colocaciones, un mercado más dinámico, pero viene con un costo y ese costo va a ser que parte del análisis y parte de lo que el regulador solía hacer, lo vamos a tener que hacer nosotros”, agregó Gonzali.
Fecha de publicación: 07/06/2023
Etiquetas: BMV Biva reforma mercado de valores LMV Senado transparencia información emisoras