Accionistas de Urbi evalúan cómo mejorar valor, salir de bolsa podría ser opción

14 de sep. (Sentido Común) -- Urbi Desarrollos Urbanos, una constructora de vivienda en México, dio a conocer que un grupo de sus accionistas podrían emprender las acciones necesarias para reducir el capital de la empresa, o bien, llevar a cabo una o varias ofertas públicas de compra de acciones.

     Los dueños de la empresa mantienen conversaciones donde consideran esas opciones con el propósito de ejecutar actos corporativos para “proteger” el valor de todos los accionistas, dio a conocer la empresa a través de un corto comunicado en el que no abonó detalles sobre las intenciones de los accionistas.

     “En caso de que dichos accionistas lleguen a un acuerdo y lo informen a la empresa, esta lo comunicará oportunamente al mercado”, escribió la constructora en el comunicado.

     La desarrolladora de casas no identificó a los accionistas, aunque señaló que tienen influencia significativa sobre ella.

     Los principales tenedores de títulos son las firmas de inversión Fuerte Valley (con 33.7%) y Brandes Investment Partners (33.2%), quienes capitalizaron a la empresa en 2016 para concertar su proceso de reestructura bajo la protección de la ley.

     La reducción de capital podría implicar que la compañía recompre acciones para cancelarlas, de manera que, en teoría, se vería impulsado el valor de los títulos restantes en circulación.

     Además, la reducción de capital podría formar parte de una nueva emisión para recabar recursos frescos, como sucedió en 2019 cuando obtuvo 77.5 millones de pesos con un proceso de cancelación y posterior emisión de instrumentos.  

     No está clara cuál es la ruta considerada por los dueños de Urbi y no fue posible contactarla para que respondiera preguntas.

     La otra opción, la de ofertar por comprar acciones, podría significar que los principales dueños de la empresa buscarían incrementar su participación en la misma.

     La compra de instrumentos también podría estar motivada por una percepción, por parte de los dueños, de que el mercado no está valuando al negocio de la mejor manera, por lo que lo más conveniente es abandonarlo.

     Actualmente, de acuerdo con el último informe anual de la viviendera, 17.8% de las acciones de la compañía están en manos del público inversionista. Ese porcentaje incluye a acreedores reconocidos en el concurso mercantil finalizado hace un lustro, con los que tal vez habría que establecer negociaciones.

     Ese porcentaje de la compañía, con el precio de su última cotización antes de la noticia, tendría un valor de mercado de 24.9 millones de pesos (1.3 millones de dólares). 

     Aunque parece que al público inversionista no le agradó la noticia, pues las acciones de Urbi en bolsa, tras no intercambiarse desde julio, presentaron hoy una caída de 8.7%.

     Diversas empresas han optado por salir de las bolsas de México recientemente, ante la oportunidad de comprar a buen precio las acciones representativas de sus negocios, como el prestamista Banco Santander México y la productora de lácteos Grupo Lala.

     Aunque las motivaciones de Urbi podrían ser otras, relacionadas con la optimización de su situación financiera.

     Desde que concretó su reestructura financiera --a partir de 2017--, los ingresos de la empresa cayeron durante tres años consecutivos y solamente en uno (2019) logró generar un flujo de operación positivo.

     La situación no ha cambiado este 2021, cuya primera mitad significó una caída de facturación de 32% y una utilidad de operación antes de depreciación y amortización negativa por 19 millones de pesos.

     La salida de bolsa, en ese contexto, podría significar ahorro en los costos que representa seguir listada, además en un mercado que difícilmente se convertirá en el corto plazo en un canal para obtener financiamiento fresco.

     Urbi, que junto con Homex, GEO y Sare --las últimas dos ya en liquidación-- reinaba el mercado de vivienda nacional hace una década, aún menciona en sus reportes la política pública de vivienda, el entorno macroeconómico, y la reorganización de los segmentos de construcción (interés social, media, residencial, residencial plus) como orígenes del proceso de transformación que vive.

     Su último plan para la continuidad del negocio, emprendido en 2019, considera la “una operación reducida de venta de vivienda en proyectos cuyo fondeo se encuentre asegurado”, por lo que el achicamiento de ingresos posiblemente forme parte de la hoja de ruta de la empresa para sobrevivir.