Trump desmiente exentar aranceles a electrónicos, China limita comercio de metales raros

El presidente estadounidense Donald J. Trump dijo el domingo que no tiene pensado librar de los aranceles a los teléfonos inteligentes, computadoras personales y otros productos electrónicos, con lo que se mantiene la incertidumbre por la nueva política en materia comercial de la Casa Blanca principalmente con China.

     La Casa Blanca publicó el viernes por la noche una lista de productos que quedarían librados del pago de los aranceles de 125% impuestos por Trump a China, lo que dio esperanzas momentáneas de un alivio que se evaporó pronto. Esto parecía principalmente beneficiar a la firma Apple, que podría enfrentar presiones de precios por los aranceles que tendría que pagar por producir sus dispositivos en países como China.

     “Nadie se librará de las injustas balanzas comerciales y las barreras arancelarias no monetarias que otros países han impuesto contra nosotros, especialmente China, que, por mucho, nos trata peor”, escribió Trump, en su cuenta de la red social Truth Social. “El viernes no se anunció ninguna 'excepción' arancelaria’. Estos productos están sujetos a los aranceles vigentes del 20% para el fentanilo y simplemente se están trasladando a una categoría arancelaria diferente”.

     Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que los productos enfrentarán gravámenes separados en uno o dos meses, en conjunto con otras medidas que se alistan para los semiconductores.

     Las acciones de las compañías tecnológicas han sido las más expuestas a fluctuaciones por los cambios en materia comercial del gobierno estadounidense.

     Así mismo, mientras Trump afirmaba que no tiene pensado dar marcha atrás a su nueva política comercial para obligar a las empresas a incrementar sus inversiones en territorio estadounidense, China decidió responder con un veto a las exportaciones de minerales raros y magnetos que son cruciales para múltiples industrias.

      El diario estadounidense The New York Times dijo que esta medida podría comprometer la cadena de suministro para los fabricantes de autos, la industria aeroespacial, los semiconductores e incluso componentes de robótica mientras el gobierno de China alista un nuevo sistema regulatorio.