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23 de abr. (Axis negocios) -- Las posibilidades de que China y Estados Unidos alcancen un acuerdo para suspender la guerra comercial y reducir los aranceles de tres dígitos que se cobran mutuamente parecen ir en aumento durante los últimos días, pues ahora sus gobiernos dan señales de querer adoptar una postura más conciliatoria.
Ayer, el presidente estadounidense Donald J. Trump mencionó que los aranceles a las importaciones chinas ‘bajarán considerablemente’, aunque no llegarán a cero, una declaración que reavivó las esperanzas de que ambos países resuelvan sus diferencias pronto y que propició un repunte en los mercados financieros.
En su segundo periodo en la Casa Blanca, Trump impuso un arancel de 20% a China como represalia por permitir el tráfico de fentanilo y más tarde ordenó una tarifa recíproca, que inició en 34% por las supuestas barreras al comercio del país asiático y que fue escalando hasta 125%.
Esto porque China decidió responder con una cuota de la misma magnitud a las tarifas de Trump, a diferencia de otras naciones que optaron por negociar y a las que solo se les está cobrando un arancel universal de 10%.
El gobierno estadounidense incluso planteó que era responsabilidad de los asiáticos iniciar las negociaciones para alcanzar un acuerdo comercial, pero ahora parece que ese discurso se ha moderado.
“En respuesta a los anuncios arancelarios del presidente Trump, más de 100 países se han acercado a nosotros queriendo ayudar a reequilibrar el comercio global”, dijo Scott Bessent, el secretario del Tesoro de la Unión Americana, en un foro organizado por el Institute of International Finance. “Estos países han respondido con apertura y de manera positiva a las acciones del presidente para crear un sistema de comercio internacional más balanceado”.
Bessent dijo que los niveles arancelarios actuales con China no son sostenibles y que deben bajar antes de que pueda alcanzarse un trato. También advirtió que el proceso de negociación tomaría entre dos y tres años, aunque después aclaró que se refería al reequilibrio completo de la relación comercial y no a un acuerdo para reducir las tarifas, el cual debería ocurrir mucho antes.
Si bien la administración Trump no ha confirmado abiertamente que China sea una de las naciones involucradas en estas negociaciones, el diario The Wall Street Journal dio a conocer que la Casa Blanca considera bajar los aranceles a ese país hasta ubicarlos entre 50 y 65%, siempre y cuando China reduzca sus propias barreras comerciales, con base en declaraciones de funcionarios con conocimiento del asunto.
La posibilidad de una tregua impulsó a las bolsas de valores en Wall Street, que registraron alzas cercanas a 3% en la sesión, aunque al cierre moderaron el paso con avances de 1% para el índice Dow Jones, de 1.67% para el Standard & Poor’s 500 y de 2.5% en el caso del Nasdaq Composite.
A la par del gobierno estadounidense, Beijing dijo que está abierto a dialogar para resolver el tema arancelario, pero tampoco aclaró si esas conversaciones ya están en curso.
“China dijo previamente que en una guerra comercial y de aranceles no hay ganadores”, dijo Guo Jiakun, un portavoz de la cancillería, de acuerdo con la agencia de noticias AFP. “La puerta para conversar [con Estados Unidos] está abierta de par en par”.
Claro que el riesgo de nuevas tensiones comerciales no se ha disipado por completo, pues ambos países tienen incentivos para defender sus propios intereses. Por un lado, China podría buscar un mayor acercamiento con otros socios comerciales, mientras que Estados Unidos promovería una mayor integración de la región de Norteamérica y controles más estrictos a las exportaciones por temas de seguridad nacional, pese a que Bessent dijo que la intención de Trump no es aislar al gigante asiático.
“Si bien la desescalada debería ser bastante fácil dado el inminente daño económico que probablemente sufrirán ambas partes en la situación actual, parece haber poca motivación para hacerlo rápidamente”, dijo a Infosel/Axis Negocios Garrett Melson, CFA y estratega de portafolios en Natixis Investment Managers, en entrevista. “Con la política comercial de Trump ahora centrada directamente en China, hay pocos motivos para esperar una mayor desescalada a menos que las presiones del mercado comiencen a agudizarse”.
Esta no es la primera vez que Trump se enfrasca en una guerra comercial con China, ya que en su primer mandato impuso aranceles a partir de 2018, que también fueron replicados por el gobierno de Xi Jinping. En aquel entonces tomó cerca de dos años que ambas potencias llegaran a un acuerdo de fase uno, aunque muchas de las tarifas se mantuvieron incluso después de que el republicano dejó la presidencia.
Los aranceles que se impusieron entonces llegaban a 25 o 30%, muy lejos de los niveles observados ahora.
Fecha de publicación: 23/04/2025
Etiquetas: guerra comercial EUA China aranceles Trump importaciones economía