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17 de feb. (Axis negocios) -- La economía de México transita actualmente por un momento complejo en el que las finanzas públicas están presionadas, el crecimiento viene a la baja y el marco institucional parece debilitarse, factores que para las agencias de calificación crediticia eventualmente podrán conducir a un recorte en la nota soberana del país.
A un entorno que de por sí ya era complicado se sumó la llegada de Donald J. Trump a la presidencia de Estados Unidos, quien desde el inicio de su segundo mandato amenazó con aplicar aranceles a las importaciones de México y otros países, lo que exacerbó el nerviosismo de inversionistas y mercados.
Las promesas arancelarias de Trump incluso parecieron concretarse a principios de febrero, cuando firmó una orden ejecutiva para imponer cuotas de 25% a México y Canadá, pero los gobiernos de ambos países acordaron suspenderlas por un mes a cambio de reforzar la seguridad en sus fronteras.
Aun así, el panorama sigue siendo altamente incierto y muchos analistas no descartan que estos factores se conjunten para propiciar una rebaja en la calificación soberana nacional, que hoy está en grado de inversión para las tres agencias crediticias más importantes.
“En ausencia de una reforma fiscal, México antes de 2027 o a principios de 2027 va a perder el grado de inversión”, dijo Alejandro Werner, quien fue subsecretario de Hacienda y dirigió el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, en un foro de perspectivas económicas organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México. “No es el fin del mundo, pero claramente va a seguir generando una presión importante en términos financieros”.
Tanto Moody’s como Standard & Poor’s mantienen a México dos peldaños arriba del grado de inversión, con calificaciones de ‘Baa2’ y ‘BBB’, respectivamente. Por su parte, la nota de Fitch Ratings está en ‘BBB-’, la última antes de entrar en terreno especulativo.
Sin embargo, Moody’s cambió su perspectiva del soberano de ‘estable’ a ‘negativa’ a finales del año pasado, lo que implica que podría producirse un recorte en los próximos 12 a 18 meses si el emisor no hace ajustes en sus finanzas. Los analistas consultados creen que dicha rebaja sí se producirá, pero al menos por ahora no haría que se pierda el grado de inversión.
“El cambio de perspectiva está impulsado por nuestra visión de un debilitamiento en la formulación de políticas y la configuración institucional, que corre el riesgo de socavar los resultados fiscales y económicos”, dijo Moody’s en su reporte. “El deterioro de la asequibilidad de la deuda y una mayor rigidez del gasto público hacen que la consolidación fiscal sea un desafío”.
La propuesta del gobierno de Claudia Sheinbaum en su primer año es reducir en dos puntos porcentuales los requerimientos financieros del sector público, o la medida más amplia del déficit fiscal, de 5.9% del producto interno bruto --que fue el más alto en al menos 15 años-- a 3.9%, de acuerdo con las proyecciones del Paquete Económico para 2025.
Esta es una tarea que ninguno de los tres predecesores de Sheinbaum en la presidencia estuvo siquiera cerca de cumplir en su inicio de gobierno, pues la tendencia fue más bien aumentar el déficit, el cual pasó de 1.5 a 1.7% del PIB con Felipe Calderón; se mantuvo en 3.6% con Enrique Peña Nieto y subió de 2.1 a 2.3% con Andrés Manuel López Obrador.
Además, la meta de consolidación fiscal de este año viene acompañada de un pronóstico de crecimiento económico de entre 1.5 y 2.5%, que la mayoría considera una proyección demasiado optimista. El consenso de analistas encuestados por Citi prevé un aumento del PIB de máximo 1%, con riesgos a la baja por los posibles aranceles de Trump. Así, muchos creen que el déficit no bajará como esperan las autoridades y que cerrará 2025 en torno a 4.5%, algo que las calificadoras podrían considerar insuficiente.
“Los riesgos de consolidación aumentarían en un entorno de crecimiento adverso, especialmente si esto ejerce presión sobre el gobierno para que proporcione alivio económico”, escribieron analistas de Fitch Ratings, en un reporte.
El último recorte que sufrió la nota soberana nacional fue de Moody’s en 2022, cuando la redujo de ‘Baa1’ a ‘Baa2’ o del antepenúltimo al penúltimo escaño dentro del bloque de activos con grado de inversión. La agencia advirtió entonces sobre las débiles perspectivas de crecimiento a raíz de la pandemia de covid-19, una mayor rigidez del gasto público por los apoyos financieros a la empresa estatal Petróleos Mexicanos y un costo creciente de la deuda, factores que hasta hoy siguen planteando retos.
De ahí que la pérdida del grado de inversión es un tema que para varios expertos no puede descartarse, ya que la posición fiscal actual del país, sus bajos niveles de crecimiento en los últimos años --con una tasa promedio de 1.7% entre 2000 y 2023, la mitad de lo que registraron las otras naciones evaluadas con ‘BBB’-- y sus indicadores de gobernanza corresponden a un emisor con mayor riesgo crediticio.
“Definitivamente nos estamos acercando al grado especulativo”, dijo Nadia Montes de Oca, estratega de Inversión y senior portfolio manager de Franklin Templeton México, en conferencia. “Tenemos algunos puntos en contra, vemos que la valuación ya no coincide tanto con nuestra posición en [una nota de] ‘BBB’. . . Sí se está deteriorando, pero también vemos que podríamos cambiar el rumbo”.
Otros creen que el downgrade de calificación es un escenario extremo y que el gobierno en turno logrará sortear los desafíos actuales para conservar el estatus crediticio del país.
“México no va a perder el grado de inversión ni está en camino a” perderlo, dijo Gabriel Casillas, economista en jefe para Latinoamérica de Barclays. “En su primer año y con todo y lo apretado que dejó el presupuesto el gobierno anterior, Claudia Sheinbaum promovió esta reducción del déficit de dos puntos porcentuales del PIB. . . Eso te habla de la voluntad que tiene el nuevo gobierno de continuar en un camino de estabilidad macroeconómica”.
A diferencia de otros economistas, Casillas considera que la propuesta de consolidación fiscal de la administración de Sheinbaum sí es realizable, porque hay una serie de gastos extraordinarios que se hicieron el año pasado pero no se repetirán en 2025.
Fecha de publicación: 17/02/2025
Etiquetas: calificación crediticia México grado inversión Moodys Fitch SPGlobal finanzas públicas Sheinbaum economía