Una mujer sale de una tienda que ofrece el servicio de envío de remesas hacia Centro y Sudamérica en San Diego, California, durante la crisis sanitaria por la covid-19. Foto AP/Gregory Bull
Una mujer sale de una tienda que ofrece el servicio de envío de remesas hacia Centro y Sudamérica en San Diego, California, durante la crisis sanitaria por la covid-19. Foto AP/Gregory Bull

19 de jun. (Axis negocios) -- La apreciación del peso frente al dólar, con un tipo de cambio en niveles no vistos en más de siete años y cerca incluso de la barrera de las 17 unidades por divisa estadounidense, ha comenzado a generar inquietud en diversos círculos sobre el posible impacto que podría tener el también llamado “super peso” en las exportaciones y el turismo extranjero que visita el país.

     También existe preocupación de que un peso que ha ganado 14.2% contra el dólar en lo que va del año luego de registrar un aumento de 5.2% en 2022, pueda reducir el poder de compra de millones de familias mexicanas que reciben recursos de sus parientes radicados en el extranjero, principalmente en Estados Unidos. Hoy, a diferencia de hace año y medio, cada dólar que reciben los mexicanos del exterior representa una quinta parte menos (20.1%) de lo que obtenían a finales de 2021; además de que esas mismas familias enfrentan una inflación acumulada de 9.2% en los últimos 18 meses.

     De ahí que, frente al “encarecimiento” del país para los exportadores y para los turistas, al tiempo que millones de familias están padeciendo una reducción de cerca de 30% del poder de compra de los envíos que reciben, algunos empresarios, economistas y analistas comiencen a temer repercusiones negativas en la economía real del país.

     “Los niveles actuales del peso pueden causar una desaceleración del consumo y un menor crecimiento de las exportaciones mexicanas”, dijeron, por ejemplo, analistas de Grupo Financiero Base, en un reporte publicado recientemente.

     Hasta ahora, si bien no es posible aún confirmar que esos temores ya se han materializado, sí hay cifras que permiten ver indicios de lo que podría ocurrir más adelante si la moneda mexicana sigue ganando terreno frente al dólar.

     Las exportaciones mexicanas este año registran, por ejemplo, una tasa de crecimiento acumulada en lo que va de 2023 aún favorable, de 4.2%. Claro que, si se compara con lo que ha ocurrido en los últimos dos años, ese avance parece minúsculo. En 2022, las ventas en dólares de bienes mexicanos en el exterior crecieron 16.7%, mientras que un año antes el avance fue de 18.6%, de acuerdo con cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la oficina gubernamental encargada de obtener las cifras económicas y sociales del país.

     La menor tasa de crecimiento de este año de las exportaciones parecería comenzar a sugerir que el peso sí está ya impactando de forma negativa las ventas de productos mexicanos en el exterior al encarecer, en dólares, los costos de las materias primas y de la mano de obra mexicanas.

     Ahora bien, el crecimiento de las importaciones que ha llevado a cabo la economía mexicana en lo que va de este año es muy similar al de las exportaciones, de 3.9% en 2023, mientras que los avances en 2022 y 2021 fueron de 19.6 y 32%, o ligeramente mayores al avance de las exportaciones en esos años.

     Para los expertos, esta evolución se debe a que gran parte de lo que México importa termina siendo ensamblado en bienes que el país vende en el extranjero. De ahí que si México, por el peso más fuerte, está exportando a un ritmo menor, es, hasta cierto punto natural, que también importe menos, algo que reduce el impacto negativo de la revaluación del peso en las cuentas mexicanas con el exterior.

     Claro que en donde los economistas sí observan un impacto más negativo de un peso fuerte es en las importaciones de bienes de consumo no petroleros. En esa categoría, que engloba los bienes importados que los mexicanos compran en tiendas de autoservicio, departamentales o en las calles y que en ocasiones sí compiten con productos nacionales, sí se observa un avance muy superior al de las exportaciones. En lo que va del año, esa categoría ha crecido 19.7%, mientas que en 2022 esas compras reportaron un alza acumulada de 22.1% y de 30.9% en 2021, de acuerdo con cifras del Inegi.

     Las tasas de crecimiento de este tipo de importaciones dejan en claro que la fortaleza del peso ha abaratado esos bienes y, en consecuencia, incrementado su demanda.

     En ese sentido, la apreciación del peso parece haber acelerarado las importaciones de bienes de consumo desde hace ya varios años, algo que podría preocupar por su impacto desfavorable en las actividades productivas de bienes finales en el país.

     Aunque, por otro lado, la fuerte entrada de recursos para edificar plantas o naves industriales ante el fenómeno reciente de la reubicación de centros de producción para evitar disrupciones en las cadenas de suministro, un fenómeno también conocido como nearshoring y que desató la pandemia de la covid-19 y la invasión de Rusia a Ucrania, ha más que compensado hasta ahora las mayores salidas que entradas de dólares.

     El diferencial “ha sido totalmente financiado por la inversión extranjera directa”, escribieron Alejandra Marcos y Luis Valdez Villalba, analistas de Intercam Banco en un reporte. “Los 18 mil 640 millones de dólares que se registraron de inversión extranjera directa durante [el primer trimestre de este año]. . . [detonaron] un excedente de dólares en la economía mexicana. . . Los flujos que recibimos del exterior es una de las razones torales de la apreciación de nuestra moneda”.

    En materia de turismo, las cifras tampoco son contundentes en cuanto a un impacto negativo de un tipo de cambio fuerte, aunque también es claro que la industria turística sí comienza ya a reflejar una huella adversa por la fortaleza del peso.

     En abril, por ejemplo, cayeron por primera vez en dos años los montos de divisas que ingresaron al país provenientes de viajeros internacionales. Claro el descenso fue mínimo de 0.2%, pero rompió la racha alcista de 24 meses consecutivos.

     Ahora bien, los expertos son cautelosos para concluir que ese descenso lo explica solo el tipo de cambio. Muchas otras variables, como la inseguridad en distintas zonas del país o la suspensión o falta de programas de promoción de México, pueden también explicar la baja de esos ingresos turísticos en dólares.

     “Hay muchas razones por las que se presentó la caída de divisas. . . mayor competencia, la falta de promoción a nivel internacional, el tipo de cambio que encarece al país en materia turística, la inseguridad”, dijo Humberto Molina, especialista en economía turística de Grupo Empresarial Estrategia, a varios medios de comunicación, recientemente.

     Incluso la resistencia de muchos para no extrapolar demasiado sobre la caída de los dólares que llegaron a México por servicios turísticos, está en que hasta ahora no se observa un descenso en el número de turistas internacionales que visitan al país. En el cuarto mes esa estadística avanzó 3.5% a 3.2 millones de visitantes contra 3.1 millones en el mismo mes de 2022.

     El año pasado, México incluso captó divisas turísticas récord por poco más de 28 mil millones de dólares, un alza de 41.7% frente a 2021, por lo que podría pensarse que hasta fuese normal que se frenasen los ingresos de la divisa estadounidense por turismo ante su fuerte expansión el año pasado.

     Claro que las autoridades mexicanas son aún optimistas al respecto. Miguel Torruco Marqués, el secretario de Turismo, estimó el mes pasado que la industria turística nacional captará 31 mil 169 millones de dólares en divisas este año, lo que implicaría aún un alza anual de 11.3%, si bien un ritmo de avance menor al registrado en 2022, todavía un crecimiento de doble dígito.

     En el caso de las remesas, el impacto de la fortaleza del peso podría tener, dijeron los expertos, un efecto contrario a la posible menor entrada de dólares por exportaciones o por turismo. Esto podría ser así porque los parientes en el extranjero de las familias mexicanas, al ver que sus dólares compran menos --por la inflación y la debilidad del dólar--, podrían optar por mandar más recursos a sus parientes en el país.

     “El migrante en el exterior siempre trata de enviar las remesas suficientes para que su familia pueda subsistir”, dijo René Maldonado, coordinador del Programa de Remesas e Inclusión Financiera del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), en una entrevista con Axis Negocios. “Para ellos es muy importante que sus familiares puedan seguir haciendo esos gastos que son habituales y que no pueden dejar de hacer”.

     Las remesas hacia México acumularon en abril 36 meses con crecimiento ininterrumpido, aunque moderaron su tendencia alcista en abril con un avance de 6.3%, o el menor en lo que va de 2023.

     Claro que la posibilidad de que ese crecimiento se mantenga para el resto del año no es segura, principalmente por el freno económico que se espera registre la economía estadounidense en el futuro cercano ante las alzas a las tasas de interés que ha dictado la Reserva Federal y que podría dificultar a los migrantes mexicanos mantener sus empleos, al tiempo que ellos también enfrentan inflación que ha encarecido el costo de su vida en la Unión Americana.

     De ahí que algunos no descuenten que el peso, pese a su buen desempeño este año, revierta su tendencia actual y sufra una depreciación.

     “Existen riesgos en el panorama que podrían originar una moderada depreciación”, escribieron Marcos y Valdez de Intercam. Por ejemplo, “una recesión más profunda y fuerte que la esperada en Estados Unidos. . . Hay que señalar que la primera variable de ajuste en la mayoría de las economías es el tipo de cambio, por lo que frente a un panorama incierto no descartamos periodos de volatilidad”.

     De hecho, las expectativas para el nivel de cierre del tipo de cambio para este año indican que la moneda mexicana se depreciará de su nivel actual. Por ejemplo, la encuesta de los analistas del sector privado de Banco de México, indica que ellos esperan que el peso cierre este año en 18.96, o 10.2% más débil que hoy; mientras que la encuesta del banco Citibanamex coloca el valor del peso frente al dólar al cierre de 2023 en 18.7, o 9.1% más débil.

     De cualquier manera, el tipo de cambio cerró hoy en 17.07 pesos por dólar, o el nivel más fuerte desde mediados de diciembre de hace siete años y medio. 

 

* Eduardo García colaboró con la elaboración de esta historia.


Fecha de publicación: 19/06/2023

Etiquetas: peso dólar tipo cambio consumo exportaciones remesas tasas inflación