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24 de may. (Sentido Común) -- Petróleos Mexicanos, la empresa petrolera estatal de México, llegó a un acuerdo para adquirir en 596 millones de dólares la participación de 50% que no tiene en la refinería Deer Park de la empresa petrolera anglo-neerlandesa Royal Dutch Shell, a fin de continuar con su estrategia de ampliar su producción de combustibles --como son la gasolina y el diésel.
El anuncio de la operación lo reveló el presidente Andrés Manuel López Obrador a través de un video divulgado en su cuenta de Twitter, para posteriormente ser confirmada por Shell, como mejor se conoce a la petrolera global.
“Tengo el gusto, el agrado de informarles que Pemex compró las acciones de la refinería Deer Park, de Houston, de la empresa Shell. Se compró el 50% de las acciones porque el otro 50% ya era de Pemex. De esta manera ya contamos con una nueva refinería”, dijo el mandatario, agregando que la instalación petrolera tiene capacidad para procesar 340 mil barriles diarios de crudo.
La operación la acordó Pemex considerando una combinación de efectivo y deuda e incluye el inventario de hidrocarburos, este último rubro valuado entre 250 y 350 millones de dólares en efectivo, asumiendo los precios actuales del mercado y los volúmenes históricos de inventario en condiciones normales de operación, dijo Shell en su comunicado.
“Shell no planeó comercializar su interés en la refinería de Deer Park. Sin embargo, tras una oferta no solicitada de Pemex, hemos llegado a un acuerdo para transferirles nuestro interés en la asociación", dijo Huibert Vigeveno, director de downstream de Shell, en ese comunicado. "Pemex ha sido nuestro socio fuerte y activo en la refinería Deer Park durante casi 30 años y continuaremos trabajando con ellos de manera integrada a través de nuestra instalación química en el sitio, misma que Shell conservará”.
La compra, acordada a través de la filial de Pemex, PMI: Norteamérica, aún está pendiente de la aprobación de los reguladores y de obtenerla, es probable que concluya en el cuarto trimestre de 2021, dijeron Shell y Pemex. La operación será financiada en su totalidad por el gobierno federal de México, aclaró la petrolera mexicana en su comunicado.
Pemex inició su participación en esa refinería en 1993 cuando adquirió el interés de 50% de Shell. La planta procesa crudo pesado, que en buena parte suministra la misma Pemex desde México. El crudo que la petrolera envía al centro de refinación, ubicado en el estado de Texas, es el llamado Maya.
La refinería, que produce gasolina (110 mil barriles por día), turbosina (25 mil barriles por día), diésel (90 mil barriles por día), combustible para buques y coque de petróleo, también procesa crudo proveniente de Canadá, Estados Unidos, África y Sudamérica.
Desde la adquisición de su interés, la refinería la ha operado y administrado Shell, mientras que las utilidades se han repartido entre los socios o han sido reinvertidas.
Esas condiciones de operación provocaron recientemente críticas de López Obrador, quien indicó en su conferencia de prensa matutina a inicios de mayo que la parecía extraño que Pemex no recibiera dividendos por su interés en la empresa. Un comentario extraño porque el presidente no precisó si esa falta de pago de dividendos era siempre o solo en algunos años, además de que el presidente con frecuencia cita datos o acciones erróneas, pero que se ajustan a sus intenciones políticas.
De hecho, tras el anuncio de hoy muy probablemente surjan sospechas en torno a si los comentarios contra la forma como se administraba la refinería Deer Park no eran más que una táctica para allanar el camino al anuncio de hoy de la compra del interés que Pemex no tenía en ese centro de producción petrolera.
“Pemex no ha tenido utilidad [de su participación en esa refinería] porque la administración, de acuerdo con el contrato, la lleva Shell y han decidido que la utilidad se reinvierta en la refinería. De modo que desde que se construyó no ha habido beneficios para México, si acaso el que se pueda procesar crudo mexicano”, dijo López Obrador el 6 de mayo.
El comentario de ese día puede hoy justificar mejor la compra del interés restante en Deer Park por parte de Pemex, aun cuando para algunos analistas la petrolera estatal no debería invertir en el negocio de la refinación, que deja menores ganancias que el negocio de la extracción de crudo.
Además, para algunos analistas, el negocio de refinación no es fácil, ya que sólo arroja ganancias cuando se hace un manejo eficiente de ese tipo de centros de procesamiento de crudo. Cualquier irregularidad o mal manejo de las refinerías deja al propietario pérdidas, o ganancias mínimas.
Sin embargo, ante la política energética que ha buscado el presidente en materia de hacer a México un país autosuficiente en la producción de combustibles, como son la gasolina y el diésel, la compra del resto de la refinería estadounidense hace sentido desde esa perspectiva presidencial.
“En esencia, recibimos seis refinerías en mal estado, las estamos modernizando. Se está reiniciando también la coquizadora de Tula para ampliar la capacidad de refinación en esa planta y dos refinerías más. Recibimos seis refinerías y vamos a entregar ocho refinerías”, dijo el mandatario. “Vamos a dejar de comprar los combustibles, las gasolinas, en el extranjero. Pemex va a procesar todo el petróleo crudo, lo va a convertir en gasolinas, en diésel. Vamos a hacer autosuficientes. Esto para 2023”.
Así, la compra de Deer Park complementa la visión de autosuficiencia del gobierno que ha impulsado la construcción de la refinería de Dos Bocas, uno de los proyectos emblemáticos de la actual administración, valuado en cerca de ocho mil 900 millones de dólares, en el estado de Tabasco.
Dos Bocas considera 17 plantas procesadores, permitirá incrementar la oferta de gasolina y diésel en 290 y 340 mil barriles por día, con lo que se reducirá la importación de estos combustibles cuando entre en operación, algo proyectado para 2023. Esas capacidades son similares a la texana, lo que para muchos pone en perspectiva cuestionable los recursos que el gobierno está asignando para construir Dos Bocas.
“La compra de Deer Park solo deja claro el mal negocio que es Dos Bocas. La valuación implícita en la compra de una refinería existente es de mil 200 millones de dólares, un 10% de lo que nos va a acabar costando la nueva. ¿Por qué vamos a pagar 10 veces más por una nueva?”, escribió Jorge A. Castañeda Morales, director de investigación aplicada en Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, en su cuenta de Twitter. “Con todo, esto es mucho mejor decisión que Dos Bocas”.
La opinión fue compartida por otros analistas del sector de energía.
“Siempre era mejor esto que construir la Refinería Dos Bocas”, escribió por su parte Víctor Ramírez, vocero de la Plataforma México, Clima y Energía, en su cuenta de Twitter. “¿Es la mejor decisión que se ha tomado en lo que va en el sexenio en materia de petróleo y hidrocarburos? La menos peor. Pero parece ser más propaganda que algo realmente bueno”.
Pemex señaló que, con todas las acciones realizadas en el Sistema Nacional de Refinación, que considera también la reconfiguración de la refinería de Tula, alcanzaría una producción de un millón 362 mil barriles diarios para abastecer el total de la demanda mexicana de gasolinas, diésel, turbosina y otros petrolíferos.
Tras el cierre de la operación, los empleados asignados a los activos de la refinería recibirán una oferta de empleo de Pemex. La petrolera reconocerá al sindicato United Steel Workers y adoptará un contrato colectivo de trabajo.
Por su parte, la operación permitirá a Shell enfocar su huella de refinación a sitios enfocados con su negocio de Chemicals y Trading, para ofrecer nuevos combustibles bajos en carbono y productos químicos de alto rendimiento.
Michelle del Campo contribuyó a la elaboración de esta historia.
Fecha de publicación: 24/05/2021
Etiquetas: Pemex Shell Texas refinería Deer Park