El anuncio de Lala pone en evidencia la crisis que viven los mercados de capitales en México. Foto Lala
El anuncio de Lala pone en evidencia la crisis que viven los mercados de capitales en México. Foto Lala

21 de may. (Sentido Común) -- Grupo Lala, una de las empresas de lácteos más grandes del país, dio a conocer que un grupo de propietarios pretende comenzar el proceso para lanzar una oferta pública voluntaria de adquisición por hasta la totalidad de las acciones que están en manos del gran público inversionista, una estrategia que buscan cada vez más emisoras en los mercados de México y que ponen en relieve el decreciente interés de cotizar en el país.

     Los socios pagarían 17.36 pesos por cada una de las acciones en flotación --25.3% de los títulos en circulación--, una prima de 20% en comparación con el valor promedio de la empresa en los últimos 30 días de cotización que implicaría un desembolso de hasta 10 mil 874.5 millones de pesos (545 millones de dólares).

     Si la oferta es exitosa y logran reducir a 5% o menos de la tenencia de acciones entre inversionistas minoritarios, entonces Lala procederá a solicitar su desliste, dijo la compañía en un comunicado.

     “Al concluir la oferta, los oferentes tienen la intención de promover los procesos para, en caso de haberse adquirido un número suficiente de acciones, solicitar la cancelación de la inscripción de las acciones representativas del capital social de la sociedad, ante el Registro Nacional de Valores y la consecuente cancelación de listado en la Bolsa Mexicana de Valores”, dijo Lala en el comunicado.

     Eduardo Tricio Haro, presidente del consejo de administración, y su familia inmediata son los accionistas de control, por lo tanto son los mismos que hicieron la oferta a través del fideicomiso número 410541-7, donde están depositadas 54.9% de las acciones de Lala. El resto de las acciones, poco menos del 20%, están en un segundo fideicomiso

     La estrategia de Lala de dejar de ser una empresa pública pone en relieve la crisis que viven los mercados de capitales en México, esto a pesar de que de 2018 a la fecha México no tiene una bolsa de valores, sino dos, con la entrada en operaciones de la Bolsa Institucional de Valores (Biva), que al igual que la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), experimenta una sequía en ofertas públicas iniciales de acciones y en general de colocaciones que no se ciñan a inversionistas privados.

     El anuncio de Lala imprime pesimismo entre los participantes de un mercado de capitales mexicano que parece haber perdido su atractivo.

     “En lugar de sumar y de seguir subiendo emisoras que coticen, es una más de las que se va”, dijo a Sentido Común Carlos González, director de análisis de Monex Casa de Bolsa. “Sí es una noticia desafortunada para el mercado accionario”.

     Biva inició funciones a mediados de julio de 2018 y desde entonces son más las compañías que buscan dejar de cotizar que las que quieren lanzar una oferta pública inicial dirigida al gran público inversionista. Rassini, una de las principales productoras de autopartes del país, tomó la decisión de adquirir las acciones en libre flotación al considerar que el valor de sus títulos en el mercado representaba una oportunidad de compra.

     Después fue Banco Santander, el banco más importante de España, quien dijo en 2019 que tenía la intención de recomprar las acciones que no tenía de su filial mexicana, uno de los cuatro bancos más grandes aquí, a cambio de acciones de la propia matriz.

     “Esta operación cumple con nuestros criterios estratégicos y financieros, tiene un retorno atractivo sobre el capital invertido y permite incrementar a futuro el beneficio neto del grupo y la generación orgánica de capital”, dijo Ana Botín, presidenta de Banco Santander, durante la junta general de accionistas en la que reveló su plan de inversión en México.

     Hasta marzo de este año aún le faltaba comprar un interés de 8.3%, por lo que este año lanzó una nueva oferta.

     Otras emisoras que tampoco pretenden ya estar en bolsa --también para aprovechar su baja valuación-- son Bio Pappel, uno de los principales productores y comercializadores de productos de papel y sus derivados en el país; así como General de Seguros, una aseguradora mexicana que en noviembre se declaró próxima a solicitar su desliste.

     Para González la estrategia de los dueños de Lala es muy similar , al tiempo que da a entender que el mejor uso que le pueden dar a sus recursos es recomprando en lugar de buscar crecimiento. “Yo creo que la señal que se manda es que las acciones están baratas, que el mercado no está reconociendo la valuación que tiene la empresa y los dueños son los que mejor la conocen, saben que recompran a un precio atractivo”.

     En lo que va de 2021 Lala acumula una minusvalía de 6%y a pesar de ser una empresa dedicada a vender productos de consumo esencial, y de aplicar estrategias que tienen la intención de mejorar su rentabilidad, el valor de sus acciones es menos de un tercio desde su máximo histórico de marzo de 2016.

     En el caso de otras empresas como Infraestructura Energética Nova, o IEnova, una empresa con negocios en el sector energético, principalmente en la distribución y almacenamiento de hidrocarburos, también podría dejar de cotizar, en su caso por una estrategia de reorganización de su matriz Sempra Energy, así como Aleática. Antes que todas, en 2017, el fondo australiano IFM Investors también lanzó una oferta pública de adquisición por las acciones que no tenía en su control de OHL México --ahora Aleática--, después de adquirirla.

     Si bien González ve que está próxima una nueva generación de empresas en pleno crecimiento que podrían concretar nuevas ofertas, una de las razones que podrían coadyuvar a mejorar el atractivo del mercado pasa por que las autoridades procuren un clima de mayor certidumbre, mejor expectativa económica, estabilidad y confianza.

     Lala debutó en bolsa en octubre de 2013 de forma exitosa tras levantar 14 mil millones de pesos, la segunda mejor colocación solo después de la de Santander México, de un año antes.

     Dos decisiones que marcaron el rumbo de Lala en los últimos años fueron dos compras en 2016 y 2017. Laguna Dairy, en Estados Unidos, por 249 millones de dólares, y Vigor Alimentos, en Brasil, por mil 380 millones de dólares. Ambos casos restaron rentabilidad a los accionistas.

     Vigor representó la entrada a un mercado de difícil ejecución, por el que además Lala pagó 25 veces su flujo operativo e incrementó su deuda en 25 mil millones de pesos. Por su parte, la operación en Estados Unidos implicó varios trimestres con flujos negativos.

     El fin de esa fase de expansión culminó con la salida del entonces director general, Scot Rank, y la llegada de Mauricio Leyva, quien logró remontar tres caídas trimestrales consecutivas de flujo operativo para revertirlas en alzas, que en los últimos dos trimestres de Leyva incluso fueron de doble dígito, pero que no habrían aparentemente sido suficientes para lograr la expectativa de un margen de flujo operativo para el año fiscal cercano a 13%.

     En su búsqueda por recuperar rentabilidad, Lala recurrió a un viejo conocido para liderar la compañía, Arquímedes Celis Ordaz, director general de la empresa de 2001 a 2015. Tras la partida de Leyva la empresa ha emprendido diversas acciones que incluyen deshacerse de algunas operaciones, activos y productos.

     Lala dijo que presentará los documentos de los términos de la oferta ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en los próximos días. Agregó que su Consejo de Administración resolverá sobre el inicio de la oferta y se pronunciará sobre el precio propuesto en los 10 días hábiles siguientes al inicio de esta, al tiempo que recordó que la operación está sujeta a la aprobación de las autoridades correspondientes, incluyendo la de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

 

Francisco Delgado contribuyó en esta historia. 

 


Fecha de publicación: 21/05/2021

Etiquetas: Lala alimentos y bebidas consumo BMV